Hoy nos referimos a una noticia que va a tener consecuencias positivas para el bolsillo de muchos españoles y que va a suponer una mejora de su nivel de renta y capacidad adquisitiva.
El Gobierno ha logrado el apoyo de Ciudadanos al techo de gasto para 2018 a cambio de acceder a ejecutar una rebaja en el impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) para las rentas más bajas, un primer paso antes de proceder a una reducción general del tributo para todos los trabajadores en 2019, ya en la recta final de la legislatura. En total, se calcula que se «beneficiarán» de la rebaja fiscal unos 3,5 millones de españoles, de ellas 700.000 familias con discapacitados o mayores a cargo.
En la actualidad los que ganan menos de 12.000 euros no pagan IRPF, al aplicar reducciones y mínimos exentos. Desde el 1 de enero de 2018, este umbral subirá a 14.000 euros, de forma que los que ganan entre 12.000 y 14.000 también dejarán de tributar por el impuesto.
Los Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha) calculan que elevar la exención del IRPF hasta los 14.000 euros podrá beneficiar a cerca de un millón de contribuyentes, que se ahorrarán de media unos 800 euros anuales. El coste de esta iniciativa se estima en 750 millones de euros.
La rebaja del IRPF para las rentas de entre 14.000 y 17.500 euros beneficiará a 1,6 millones de declarantes, que obtendrán un ahorro medio de 250 euros al año. El coste de esta medida será de 420 millones de euros.
Además, se añaden otros 830 millones de euros de los que se beneficiarán 750.000 personas con cónyuge con discapacidad a cargo, ascendiente anciano a cargo y deducción adicional al cuarto hijo, con un ahorro de 1.200 euros.
Se ampliarán las deducciones en cuota que ya existen para familias numerosas a contribuyentes con un cónyuge con discapacidad a cargo, con ascendiente a cargo mayor de 80 años y un incremento del impuesto negativo de familia numerosa para el cuarto hijo. Cada deducción es de 1.200 euros anuales, cien al mes.
Desde FASGA creemos que es importante que los trabajadores que durante estos duros años de crisis han vivido momentos de grandes sacrificios empiecen a notar mejoras en sus rentas, y de esta manera puedan tener un alivio en sus cuentas y se recompensen los esfuerzos con un incremento de la capacidad adquisitiva y con una mejora progresiva de las condiciones laborales. Consideramos además que un aumento de la capacidad adquisitiva de los ciudadanos supondría un revulsivo para el consumo y por tanto para la consolidación de la recuperación económica.