Los últimos datos del mercado de trabajo confirman el cambio de rumbo en el empleo español que, tras un larguísimo invierno de más de seis años, comienza a remontar. Muy poco a poco, pero, como reflejan los datos de afiliación a la Seguridad Social de marzo, hay más trabajo que hace un año. La tendencia se consolidará en los meses de primavera, cuando algunas actividades de temporada, con el turismo a la cabeza como abanderado de la economía española, impulsan la contratación.
Sin embargo, a pesar de la mejoría, desde FASGA consideramos que hay datos para la reflexión que conviene analizar con cautela. A continuación explicamos qué se esconde detrás de estas grandes cifras y elaboramos una breve radiografía de la situación:
- El paro desciende y la contratación muestra mayor dinamismo pero los niveles de deterioro aún son muy elevados. Concretamente, los nuevos contratos tienen en su mayoría fecha de caducidad y son a tiempo parcial.
- Por otra parte, las estadísticas de marzo revelan también que este primer atisbo de recuperación en el mercado laboral es muy débil (unos 115.000 ocupados más) si se compara con lo perdido (tres millones de empleos). Y, sobre todo, emite una grave nota discordante: el empleo de mayor calidad sigue en recesión.
Esta precariedad laboral pone en cuestión el cambio de modelo productivo y la estabilidad laboral en el largo plazo. Y es que, el colectivo de afiliados al régimen general de la Seguridad Social que trabajan a tiempo completo y con contrato indefinido no deja de retroceder. Aunque sigue siendo el grupo de afiliados más numeroso, en marzo descendió a poco más de seis millones de afiliados (de los 16,3 millones que registra la Seguridad Social en total), muy lejos de los 7,6 millones que cosechaba el empleo de mayor calidad antes de la crisis.
Por eso, desde FASGA sabemos que aunque la tendencia de empleo es globalmente positiva hay que observarla o matizarla en profundidad con otra a serie de datos negativos como la cobertura por desempleo, que deja fuera al 40% de los desempleados.
Este dato empaña bastante el optimismo transmitido por el Gobierno, más teniendo en cuenta la ineficiencia de un Servicio Público de Empleo (SEPE) que solamente intermedió en un 2,6% de las 3.8 millones de contrataciones que se concretaron en el segundo trimestre de 2013. El antiguo Instituto Nacional de Empleo (INEM), que cuenta con 20.000 empleados y tiene un presupuesto de 30.000 millones de euros, solamente logró posicionar a 98.775 parados entre abril y junio de 2013.
Esto sugiere que sólo el 31,3% de los parados esperan que los SEPE se contacten con ellos, la cifra más baja desde que comenzó el trabajo del servicio en 2005, y 4,2% menos que en 2012 (35,5%). En esta línea, FASGA reivindica la necesidad de actualizar o modernizar el INEM para que sea más útil, para que ayude de verdad a encontrar más empleo.
Por otra parte, si se atiende a las nuevas incorporaciones al mercado laboral, la pérdida de peso del empleo de máxima calidad, del que suelen nutrirse las actividades de mayor valor añadido, es evidente. Por eso, desde FASGA vamos a seguir apostado por la seguridad laboral de los trabajadores, siempre trabajando desde la independencia, la responsabilidad y el compromiso, y por un futuro sin incertidumbre y con garantías para nuestros afiliados; para que el aumento del dinamismo “contratador” sea, sin peros, una buena noticia para todos los trabajadores.