El comienzo de 2013 trae en el calendario las negociaciones del Convenio Colectivo en muchos sectores donde tenemos representación. Aunque conocemos y sabemos de sobra cuál es la situación económica del país y de algunas actividades en concreto, la Patronal de empresas de distintos sectores donde estamos presentes nos han presentado en las primeras reuniones unas propuestas de Convenio que incluyen peticiones disparatadas para los trabajadores.
Como ya hemos publicado a través de diferentes medios, FASGA no firmará estos convenios Colectivos hasta que las Patronales reconsideren muchas de sus propuestas porque nuestro objetivo es mantener los derechos laborales de nuestros trabajadores y sus puestos de trabajo.
Aunque parezca raro, los sindicatos de clase, en lugar de criticar las propuestas de las Patronales, no han tardado en salir a criticarnos con extraña fiereza. Sin embargo, sería mejor que dejasen de dar lecciones sobre cómo negociar al resto hasta que ellos aprendan a hacerlo. En los últimos dos años, UGT y CCOO, han demostrado muchas negligencias en numerosas negociaciones. La única solución contra la reforma laboral fue la convocatoria de dos huelgas generales el año pasado que no sirvieron para nada (y ya están amenazando con una tercera). La solución que encuentran a sus problemas económicos y recortes en subvenciones que están sufriendo es una sucesión de ERE en sus propias estructuras, aplicando las condiciones más duras que les permite la Reforma Laboral que tanto están criticando.
También los continuos ERE que se han llevado a cabo en sedes de CCOO y UGT han demostrado que su forma de representar a los trabajadores lo único que lleva es a despidos, sin tener en cuenta el daño que provocan a los trabajadores y sus familias. El último de ellos, conocido la semana pasada se dio en UGT Galicia donde aprobó un ERE para 31 trabajadores con 23 días de indemnización. Estilo sindical que están trasladando a empresas del sector donde ellos son mayoría.
Hace escasas semanas dejaron claro su estilo de negociación con el caso de Telemadrid. Según se ha sabido después, de haber negociado podrían haber conseguido mejores condiciones para los trabajadores despedidos, haber salvado 350 puestos de trabajo e incluso recolocar a 150 de ellos en otros puestos de la Comunidad de Madrid. Sin embargo, optaron por el “apagón” que todos los ciudadanos pagaron con sus impuestos. Su incapacidad para negociar ha sido muy dañina para los trabajadores de esa casa y para todos los madrileños.
Se acaba de conocer que, debido a la falta de acuerdo entre los sindicatos de clase y la empresa, en la planta de Nissan en Barcelona estarían en peligro 4.000 puestos de trabajo por un cambio de opinión de de última hora de CCOO de aceptar un aumento de la jornada laboral de 8 minutos y ampliar en dos días los laborables al año, cuestión que, por ejemplo, sí han aceptado en Renault. Otro ejemplo más de su mala capacidad negociadora.
A pesar de las críticas, el tiempo siempre nos ha dado la razón. No es la primera vez que critican nuestra posición y luego terminan situándose en la misma o proponiendo las mismas cosas que nosotros habíamos negociado previamente. Lo hicieron en junio pasado con los acuerdos de horarios que firmamos y lo han hecho en otras cadenas, como Mercadona. Ellos critican la distribución de la jornada laboral donde somos mayoría y al mismo tiempo firman la obligación de sus trabajadores de tener disposición absoluta para la empresa. Es sorprendente su capacidad de decir una cosa y hacer la contraria.
Otra prueba y reconocimiento por parte de los sindicatos de clase de que FASGA sí que sabe negociar es que UGT en la Plataforma para la Negociación del Convenio Colectivo de ANGED solicitan que se mantenga la vigencia del actual convenio en su totalidad. Recordemos que dicho convenio fue firmado por FASGA y que ellos en su momento lo criticaron y no quisieron firmar y ahora reconocen que es bueno.
Se avecinan semanas de reuniones de dura negociación en las que FASGA va a estar a la altura de las circunstancias y de los trabajadores a los que representamos. No podemos tomar ejemplo de unos sindicatos de clase inactivos que se anotan como propias las victorias de otros, que en los periodos de negociación sólo se preocupan de sus propios intereses y se olvidan de los verdaderos protagonistas de los convenios: los empleados.
Tenemos claro cuáles son nuestros objetivos en estas reuniones y seguiremos defendiendo un estilo sindical que no dañe a los trabajadores y al conjunto de los ciudadanos. Ellos nos criticarán y usarán toda su propaganda para intoxicar y manipular durante estas duras semanas, pero no van a hacer que nos salgamos del camino que tenemos marcado desde hace muchos años: diálogo, firmeza en la negociación y mantenimiento del empleo.