Las cábalas que hace unas semanas hacía el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en la Unión Europa parece que van a cumplirse. La Reforma Laboral efectivamente le va a costar una huelga general que hoy mismo han convocado los sindicatos de clase para el próximo 29 de marzo.
Durante la crisis no ha habido propuestas, ni iniciativas por parte de CCOO y UGT en la construcción de la Reforma Laboral. Han dejado pasar el tiempo firmando ERES y ayudando a destruir empleo. No han aportado absolutamente nada de interés, ni utilidad para cambiar la grave situación del mercado laboral. No han sido capaces de alcanzar acuerdos de reforma laboral ni con el anterior Gobierno, ni con el actual. Su única aportación es convocar una nueva huelga general, ahí sí que unen sus fuerzas y hacen más ruido que nunca para manifestar el descontento con la nueva legislación. Sin embargo: ¿está España para una huelga general ahora mismo?
Ante la situación de desempleo y de crisis que vivimos, lo que necesitamos son negociaciones y diálogo entre las partes involucradas para poder llegar a los mejores acuerdos. No un Gobierno inflexible y tajante que no está dispuesto a aceptar modificaciones ni a dar marcha atrás, cuando la reforma afecta a millones de personas en España.
Convocar una huelga general tiene serias consecuencias económicas. Paralizar el 70% de la actividad del país supondría un coste de 2.100 millones de euros. Si se lograse un 100% de respaldo la cuenta aumentaría a 7.688 millones de euros. Para los empresarios, si los trabajadores participasen de la huelga, el ahorro sería de 768 millones de euros, y los trabajadores que la secunden dejarían de percibir una media de 58.9 euros, teniendo en cuenta el salario medio bruto anual en España.
No estamos para pancartas, eslóganes, autobuses llenos de gente que llega de todas las Comunidades Autónomas a la capital. Necesitamos trabajar para conseguir que tanto los desempleados como los trabajadores tengan las mejores condiciones laborales y se respeten sus derechos.
No podemos seguir haciendo el mismo sindicalismo que el siglo pasado, cuando ni las circunstancias ni los trabajadores son los mismos.
Desde FASGA creemos que la huelga general no es la solución ante el desacuerdo con la Reforma Laboral presentada hace unas semanas, que ya calificamos de incompleta e insuficiente. Consideramos que la conversación entre Gobierno, que debería mostrarse un poco más flexible, y los representantes de los trabajadores, debería ser más fluida y productiva, cediendo por ambas partes hasta alcanzar el acuerdo máximo. Estaremos pendientes de posibles cambios en los próximos días.