UGT-CCOO, ¿se puede ser sindicatos y empresarios a la vez?

Si nos ceñimos a la definición literal de “sindicato” nos encontramos con: “Asociación de trabajadores constituida para la defensa y promoción de intereses profesionales, económicos o sociales de sus miembros”. Ni rastro de beneficios, sociedades, participaciones o negocios.

Sin embargo, esta mañana nos hemos encontrado con la noticia de que CCOO y UGT suman unas ganancias de 10 millones de euros por año divididos en participaciones en 53 empresas. Una realidad que no ha dejado de sorprendernos y de hacernos valorar qué papel cumplen los sindicatos de clase: de representantes de los trabajadores o de clásicos empresarios.

Los trabajadores tienen derecho a una representación que vele por sus intereses, por mantener su empleo y sus derechos en su lugar de trabajo. No unos representantes que ganen dinero a su costa en sociedades y participaciones, al margen de las que ya reciben por medio de subvenciones y ayudas del Gobierno.

Según ha desvelado la información, UGT y CCOO tendrían 240 millones de euros en activos en diferentes fondos de pensiones, aseguradoras, promotoras y consultoras (Ver gráfico aquí). Unos números que, tal y como está la situación de nuestro país, nos parecen desorbitados.

Entre la lista de propiedades, destacan el 15% de cada sindicato de clase en Fonditel Pensiones, junto con Telefónica (70%), en la que obtuvieron un millón de euros de beneficio el año pasado. Y la participación en Gestión de Previsión y Pensiones SA, donde UGT y CCOO acaparan el 40%, junto a BBVA (60%). Entidades que necesitan de los sindicatos para captar el dinero de los fondos de pensiones de aquellas compañías donde controlan el comité de empresa. Es decir, los sindicatos de clase dominan un comité de empresa, proponen un plan de pensiones en la misma, consiguen el acuerdo y captan el fondo de pensiones para sus empresas paralelas. Así el beneficio de la gestión de estos fondos va a parar a las arcas de los accionistas mayoritarios de estas empresas de gestión, CCOO y UGT. Los sindicatos de clase hacen y deshacen a su antojo, siempre con el beneficio propio presente en las negociaciones.

Mientras convocan protestas el día 29 de febrero contra las medidas aprobadas en Europa, mientras siguen sin dar números claros de cuántos liberados sindicales hay en España y mientras aprovechan los últimos días de legislación para presentar un ERE en Cataluña y terminar con 50 puestos de trabajo a jornada completa, los sindicatos de clase se embolsan 10 millones de euros anuales por su “gestión empresarial”.

Basta ya de opacidad, de tramas, de doble juego y de funciones que no les competen. Los trabajadores merecen una representación digna, motivo por el que eligen a sus representantes en sus lugares de trabajo.

El sindicalismo independiente que representa FASGA respeta las funciones propias del sindicalismo y no nos dedicamos a  cosas que no sean la defensa de los intereses de los trabajadores. Porque un sindicato está para defender y promocionar intereses de los representados, no para obtener beneficios económicos.

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