Esta semana la Reforma Laboral sigue estando en boca de todos, incluido el presidente del Gobierno Mariano Rajoy. En una conversación informal en Bruselas, el presidente comentó que dicha Reforma le “va a costar una huelga”, dando a entender que las medidas van a ser duras y pueden llegar a molestar a sindicatos y trabajadores.
Ante estas declaraciones no tardaron en aparecer las críticas por parte de los sindicatos de clase que, a través del portavoz de CCOO, Fernando Lezcano, reprocharon al Gobierno que ellos están para evitar las huelgas, no para convocarlas.
Todos conocemos y padecemos la situación económica de España en estos momentos y la urgencia de tomar medidas, entre ellas la Reforma Laboral que tanto se está retrasando. Ni los unos están para preocuparse por huelgas que todavía no han sido convocadas, ni los otros para dar lecciones de comportamiento a nadie. El Gobierno está para proponer las condiciones que nos lleven a la recuperación, y los sindicatos de clase para lograr que éstas supongan el menor coste a los trabajadores.
El cometido del Gobierno con la reforma laboral es conseguir reducir el desempleo y crear puestos de trabajo. Para ello, es necesario que actue y tome decisiones con firmeza, sin pensar en las posibles consecuencias que pueda acarrear, si con ello se consigue el objetivo final.
A estas alturas, ¿cómo se atreven estos sindicatos, con 5,3 millones de parados, a dar lecciones a nadie? ¿Cómo tienen la poca decencia de echar algo en cara o decir cómo se tienen que hacer las cosas, cuando con su apatía e ineficacia han dejado el mercado laboral en una situación insostenible? ¿Por qué no asumen sus responsabilidades, en vez de intentar hacer ver que todo esto es culpa de otros y que ellos no han tenido nada que ver?
Sólo cabe pedirles que dejen de hablar tanto, echar balones fuera y desviar la atención y que, de una vez por todas, hagan algo de utilidad.
Desde FASGA consideramos que es momento de negociación y diálogo entre ambas partes, con el objetivo último de mantener la mayor cantidad de puestos de trabajo e impulsar la creación de empleo. Si seguimos inmersos en una pelea de declaraciones nunca vamos a conseguir salir de esta situación y los últimos números presentados ayer, con la mayor cifra de parados de los últimos 15 años, aumentan la necesidad de esta Reforma.