Estos días estamos leyendo y escuchando muchas propuestas que la patronal quiere hacerle al nuevo gobierno que salga de las elecciones del 20 de noviembre para acabar con el problema del desempleo endémico.
Sin embargo, más que medidas para salir de la crisis, estas propuestas parecen diseñadas con el objetivo de despojar a los trabajadores de sus derechos. El Economista las resumía muy bien en un artículo reciente: flexibilidad laboral, simplificación del número y tipología de contratos y un despido más barato. También reclaman la instauración del copago para financiar la sanidad y una subida del IVA.
Algunas de estas propuestas no tendrían por qué ser malas. Por ejemplo, una reducción de los tipos de contratos no tiene que ir necesariamente en contra de los trabajadores. O mayor flexibilidad laboral no tiene por qué significar recorte de derechos laborales. Sin embargo, la CEOE las está planteando de tal modo que, necesariamente, nos hacen temer lo peor.
Y decimos esto porque si por algo se ha caracterizado la patronal en los últimos años es por velar, exclusivamente, por sus intereses. Enredada en una lucha de mensajes con los sindicatos de clase, parece no comprender (al igual que les ocurre a UGT y CCOO) que su trabajo no consiste en convencer al Gobierno de turno de que sus medidas son las mejores. Su trabajo consiste en sentarse en una mesa y negociar hasta el infinito hasta dar con una solución satisfactoria que tenga en mente a trabajadores y empresarios.
No nos cansamos de decirlo: de la crisis no se sale maltratando a los trabajadores. Y no lo decimos como mera propaganda. Lo afirmamos por experiencia, porque gracias a nuestras negociaciones y acuerdos firmados hemos visto como empresas como El Corte Inglés son capaces de enfrentarse a la crisis sin quitar derechos a los trabajadores.
Ya es hora de que la CEOE y los sindicatos de clase cambien de actitud. De lo contrario, mal empezaremos a afrontar la recuperación.