No cabe duda de que estamos asistiendo a un inicio de curso complicado en lo económico. El mes de septiembre nos ha traído noticias no excesivamente alentadoras sobre las expectativas para las próximas semanas y meses, y esos datos afectan a la confianza de millones de trabajadores españoles.
La semana pasada la Fundación de Cajas de Ahorros (Funcas) rebajó sus previsiones de crecimiento para 2011 hasta el 0,7% y al 1% para 2012 (casi medio punto porcentual menos que en sus anteriores previsiones). Un poco más optimista ha sido el BBVA, que considera que España conseguirá crecer un 1% este año.
La Caixa, por su parte, ha anunciado hace pocos días que no esperan que el crecimiento mejore a corto plazo debido a la crisis de deuda pública y a la nueva escalada de la prima de riesgo.
Tanto Funcas como La Caixa también se pronuncian sobre el desempleo. La Fundación de las Cajas considera que se mantendrá cercano al 21%, y desde la entidad catalana señalan que las perspectivas son “poco halagüeñas” para este tercer trimestre y consideran que será difícil ver un nuevo impulso antes de 2012.
Es lógico que esta avalancha de datos que recibimos casi a diario contribuyan a generar cierto estado de desánimo e incertidumbre. Todos lo percibimos. Por ejemplo, un reciente estudio sobre la Confianza de los Consumidores ha revelado que “el 83% de los españoles piensa que sus perspectivas laborales para los 12 meses son malas o no son buenas”.
En estos momentos de turbulencias económicas es más importante que nunca garantizar el empleo estable y de calidad, algo que, como sabéis, es la máxima de nuestro sindicato. En ese objetivo volcamos nuestros mayores esfuerzos para tratar de conseguir que los trabajadores a los que representamos tengan la necesaria confianza y seguridad.
Esto se logra negociando con responsabilidad, teniendo en cuenta la realidad económica, analizando con coherencia cuál es la situación y cuáles son las mejores opciones para asegurar que los trabajadores no pierdan poder adquisitivo ni derechos sociales. Ahora estamos comprobando quién ha hecho realmente aportaciones de utilidad para garantizar la estabilidad laboral de los trabajadores. Pero para conseguirlo ha sido necesario actuar con determinación, tomando decisiones difíciles que, aunque en un principio costara comprender, nos han dado la razón. Nuestra labor en los Convenios Colectivos de los sectores donde estamos presentes son la mejor garantía para que los trabajadores puedan afrontar esta crisis con tranquilidad.
En momentos así, el papel de FASGA es fundamental en muchos centros de trabajo donde nos esforzamos para defender cada día el empleo junto a los trabajadores. Sin demagogia, con diálogo, de forma profesional e independiente y con el objetivo de garantizar unas buenas condiciones laborales en uno de los momentos económicos más complicados de la historia reciente de nuestro país.