Acabamos de conocer los datos del número de parados registrados en las oficinas de los servicios públicos de empleo (antiguo Inem) que, tras bajar en 42.059 desempleados, se situó al finalizar julio en 4.079.742 millones de personas. El descenso, eso sí, es menor al registrado hace un año cuando el paro bajó ese mismo mes en 73.790 personas.
Además, la semana pasada se publicó la EPA correspondiente al segundo trimestre de 2011. A todos nos habría gustado que los datos en ella reflejados invitaran al optimismo, pero desgraciadamente no parece que los próximos meses la crisis económica y el desempleo vayan a mejorar en España. La tasa de paro ha caído sólo 4 décimas (hasta el 20,89%), un descenso anímico si se tiene en cuenta que ésta suele ser la mejor época para el empleo debido a las contrataciones del sector turístico.
Por si no fuera suficiente, el número de contratos indefinidos nuevos es muy inferior al de contratos temporales (156.800 frente a 14.800), lo que muestra que el intento de acabar con la temporalidad con la reforma laboral ha fracasado: de cada 10 contratos nuevos, 9 son temporales. Es probable, por lo tanto, que el dato de desempleo vuelva a empeorar cuando termine el verano. La Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas), por ejemplo, no prevé una mejora de la situación a corto plazo: una tasa de paro del 20,8% este año y de un 20,4% el próximo.
No es de extrañar por lo tanto que el principal problema de los españoles sea el paro (81,3%), de acuerdo con los últimos datos del CIS. El 49% de los españoles teme quedarse en paro, porcentaje que se eleva al 79% en el caso de que afecte también a un familiar directo. La incertidumbre acerca del futuro es por lo tanto un factor más de presión y preocupación para millones de familias españolas que están atravesando momentos difíciles.
No queremos aprovechar estos dramáticos datos para defender la gestión de FASGA, pero si aclarar de nuevo que nuestras prioridades son las mismas que las de los trabajadores españoles, que buscan seguridad laboral y salarios decentes. Durante los últimos años hemos centrado nuestro trabajo en defender un empleo estable y de calidad, que garantice la estabilidad, los contratos indefinidos y los derechos laborales, sin EREs ni despidos masivos.
Y en ello vamos a seguir trabajando.