Reforma de las pensiones. Fin del capítulo I

Hoy se ha aprobado la última reforma de calado propuesta por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, la del nuevo sistema de pensiones, conocida sobre todo por retrasar la jubilación hasta los 67 años. Se trata de una Ley que llega tarde, redactada con prisas y que no entrará plenamente en vigor hasta el 1 de enero de 2013 (fecha en la que ya tendríamos que haber reducido el déficit español al 3%). Con este tipo de medidas aprobadas se pretende “garantizar la sostenibilidad del estado del bienestar en el futuro”… recortando derechos, eso sí. ¿No es contradictorio defender el estado del bienestar quitando derechos a los ciudadanos y trabajadores?

Además de modificar la edad de jubilación, la nueva Ley incorpora otras novedades que recoge este artículo de Expansión.

Se pone fin así a un proceso de dos años en el que España ha tenido que afrontar duros ajustes y cambios estructurales para hacer frente a la crisis económica. Ajustes que, en muchos casos, como el de la reforma laboral y la negociación colectiva, no son más que parches que volverán a descoserse en unos años.

Durante este tiempo, los trabajadores han sido uno de los grandes perjudicados. Cinco millones de personas están paradas, la crisis se ha convertido en una excusa para recortar derechos laborales y sueldos y los sindicatos de clase, que lamentablemente siguen representando a una mayoría de trabajadores en España, han olvidado su papel y agravado la crisis y la incertidumbre con su irresponsabilidad. Gobierno y sindicatos parecen no entender que la mejor forma de garantizar las pensiones del mañana, la mejor política social, es la creación de empleo. Y el modelo sindical que representa FASGA, con las políticas de mantenimiento de puestos de trabajo, es el mejor ejemplo para defender los derechos de los trabajadores y ayudar a mantener el estado de bienestar.

Durante estos dos años, FASGA se ha mantenido al lado de los trabajadores de los sectores en los que estamos presentes, y ha demostrado que el recorte de derechos no es necesario. Hemos conseguido garantizar el empleo, incluso en sectores tan afectados por la crisis como el de los grandes almacenes. Y ahí, al lado de los trabajadores, es donde vamos a seguir estando. Porque si algo está claro es que la reforma que se aprueba hoy sólo cierra el primer capítulo de una historia que está lejos de terminar.

Haya o no adelanto electoral y gane quién gane las próximas elecciones, entraremos en el capítulo II. Máxime cuando las reformas emprendidas hasta ahora, incluyendo una reforma laboral y de la negociación colectiva, no han solucionado los problemas de la crisis. Han servido para evitar, de momento, que España siga el camino de países como Grecia o Portugal, pero seguimos siendo el país con la tasa de paro más elevada de la UE y tenemos un crecimiento anímico.

En FASGA creemos que los sindicatos tienen mucho que decir y aportar en todo este proceso, y nos comprometemos a estar donde siempre hemos estado, del lado de los trabajadores.

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