La reforma que no fue


Fuente: elmundo.es

Hace ya un año que se aprobó la Ley que reformaba el mercado laboral español, cuyo objetivo era adaptar el mercado de trabajo al nuevo contexto económico: un país en crisis, señalado por los mercados financieros y millones de trabajadores en paro.

Esta reforma debía, por lo tanto, resolver el tema del desempleo crónico en España para recuperar la confianza y la senda del crecimiento, flexibilidad en el mercado laboral, buscando la disminución de la temporalidad y el aumento de la contratación indefinida.

Pero lo cierto es que esa reforma que fue vendida por el Gobierno como la solución definitiva y necesaria para acabar con el mal del desempleo, no ha tenido ningún reflejo positivo en él, por lo que ha sido un fracaso absoluto.

Hasta el momento, ninguno de estos objetivos se ha cumplido. La crisis se ha agudizado, el paro se ha disparado hasta casi alcanzar los cinco millones de desempleados, llegando al 21% de la población (y algunas previsiones apuntan a que la situación seguirá empeorando), y España sigue en el punto de mira de los especuladores. Tampoco se han reclutado más trabajadores con contratos indefinidos; y el único motivo por el que ha aumentado la transformación de contratos temporales a fijos es que existía una compensación económica por ello. Y es que también hay que decir que la patronal no ha hecho nada para contribuir al éxito de la medida; ya que sólo ha colaborado en aquellos aspectos que podrían tener consecuencias beneficiosas directas para su sector.

Las cifras hablan por sí solas: en junio las contrataciones fijas sumaban el 7,2% de todas las contrataciones (hay que remontarse hasta 1995 para ver un junio peor en este sentido), y el peso de los despidos objetivos en el último año ha aumentado desde el 18 al 22 por ciento.

Y lo peor de todo es que, otra vez, los más perjudicados por la incapacidad del Gobierno, la patronal y los sindicatos de clase por consensuar un modelo efectivo de verdad han sido los trabajadores. Cientos de miles de ellos siguen sin convenio colectivo, las reducciones y congelaciones salariales se han extendido por doquier y la incertidumbre acerca del futuro laboral es una constante en la vida de muchos de ellos.

En FASGA estamos orgullosos porque los trabajadores a los que representamos tienen convenio y empleo garantizado. Pero no basta con que esto sea así en unos pocos sectores; ésta debería ser la tónica en todos, especialmente si estos logros se han conseguido en sectores tan perjudicados por la crisis como el de los grandes almacenes.

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