El ROI (return on investment) es un concepto que en el mundo económico se emplea para referirse al beneficio o retorno obtenido en una determinada inversión. Así, cuando un particular decide comprar acciones de una empresa o una compañía adquiere nuevos equipos y maquinaria, lo hacen porque esperan obtener un beneficio o rentabilidad.
En ocasiones, este beneficio puede ser más intangible, pero igualmente valioso. Por ejemplo, cuando un Estado invierte en educación, espera sentar las bases para un mejor futuro. Y cuando invierte en sanidad, quiere garantizar el bienestar presente de sus ciudadanos. Puede decirse que éstas y otras inversiones están justificadas por su retorno o beneficios futuros.
¿Qué se persigue entonces con las subvenciones que reciben los sindicatos?
En teoría, estas ayudas deben contribuir al funcionamiento de dichos sindicatos, considerados un eje fundamental del Estado del bienestar como garantes y defensores de los derechos de los trabajadores. Si los sindicatos reciben subvenciones es porque se espera que su actividad genere efectos positivos sobre la sociedad y los trabajadores (a través de programas de formación, ayuda a la búsqueda de empleo, negociación con la patronal etc.)
Sin embargo, el sindicalismo de clase ha distorsionado la teoría con unas prácticas que avergonzarían a cualquiera. En lo que va de año, UGT y CCOO han seguido recibiendo ayudas millonarias a cambio de… ¡A cambio de nada! Durante meses, han sido incapaces de dar una respuesta a la crisis económica, han decidido que negociar no va con ellos, han inundado las calles con pancartas y lemas, han cobrado por ERE y se han subido el sueldo y las dietas. Su única contribución ha sido la de aumentar las cifras de desempleo.
Afortunadamente, los trabajadores se han dado cuenta y las cifras de afiliación a estos sindicatos están cayendo. Estaría bien que, de paso, se revisara este perverso sistema de subvenciones, que podrían destinarse a programas y medidas que tuvieran un ROI para el conjunto de la sociedad, y no sólo para unas organizaciones que parecen haberse quedado en el siglo XIX.