Un Día del Trabajador con poco que celebrar

Las celebraciones del día 1 de mayo, Día del Trabajador, han supuesto un fracaso total y absoluto para los sindicatos de clase. No podía ser de otra manera, teniendo en cuenta las circunstancias; con 5 millones de desempleados en España, ciertamente hay poco que celebrar.

Como ya sucedió hace meses con la convocatoria de huelga general, los  trabajadores han vuelto a dar la espalda a CCOO y a UGT y la asistencia a los actos programados ha sido insignificante en todas las ciudades españolas. Su estrategia de trasladar el acto central a Valencia presumiendo el previsible fracaso de la manifestación en Madrid  les ha salido rana.

El sindicalismo de clase se ha quedado obsoleto. Está claro que no están capacitados para ofrecer soluciones o propuestas para cambiar esta dramática situación. Los trabajadores están cansados de que estos sindicatos, que se consideran actores principales de las relaciones laborales, que  se creen una parte fundamental del sistema, y que constantemente estén alardeando de que son los únicos interlocutores válidos, no propongan una sola solución, idea o propuesta que permita albergar algún tipo de esperanza que permita cambiar esta dramática situación.

En vez de arrimar el hombro, durante los tres años que dura la crisis, se han dedicado a echar culpas a los demás  y dejar pasar el tiempo, esperando  a que se toque fondo, a que las cosas no puedan estar peor y que finalmente la situación se arregle por sí misma.

En FASGA contemplamos con preocupación la situación económica y laboral, pero estamos satisfechos porque  hemos contribuido a generar confianza y estabilidad en los sectores donde estamos presentes. No nos hace falta montar manifestaciones para saber que los trabajadores respaldan nuestra gestión. Nuestros delegados pueden ir con la cabeza bien alta por los centros, porque hemos ofrecido soluciones y hemos ayudado a que los trabajadores puedan afrontar con tranquilidad estos momentos mientras en otros sectores se viven momentos de incertidumbre y sus trabajadores engrosan las listas del paro.

No nos cansamos de repetirlo: estamos convencidos de que el sindicalismo independiente y profesional es la mejor opción para luchar por el empleo estable y calidad. Esta ha sido siempre nuestra meta y en ello  invierten sus esfuerzos diariamente nuestros delegados.

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