Hemos hablado muchas veces en este blog de las ventajas del modelo sindical de FASGA: independencia, profesionalidad, pluralidad… Los trabajadores españoles son cada vez más conscientes de estas ventajas y poco a poco destierran al sindicalismo de clase de empresas privadas y de la administración pública, de forma que los sindicatos independientes y profesionales tienen un creciente peso e influencia en un mayor número de sectores productivos de nuestro país: educación, banca, sanidad, energía, automoción etc.
Los últimos datos en este sentido los publicaba recientemente ABC en una noticia que señalaba como los trabajadores de las administraciones públicas han castigado a UGT y CCOO por su connivencia con el Gobierno y su falta de capacidad de reacción y protesta ante las consecuencias de la crisis. CCOO ha pasado de una representación del 30,48% al 25,905 y UGT del 30,3% al 23,9% con respecto al a los resultados que consiguieron en el anterior proceso electoral, celebrado entre 2004 y 2007.
Los sindicatos de clase, subvencionados y alejados de la realidad, son incapaces de dar soluciones a los problemas que realmente importan. Su inoperancia y conformismo se contrapone al compromiso y efectividad del sindicalismo independiente que demuestran con hechos que las cosas se pueden hacer de otra manera.
Por eso, los sindicatos independientes ganan terreno. El modelo que nosotros aplicamos en empresas del sector de la distribución, agencias de viajes, telemarketing y construcción, entre otros, garantiza una defensa real de los derechos de los trabajadores. Una defensa liberada de cualquier interés político o económico que nos permite dedicarnos en exclusiva a aquello para lo que fuimos elegidos.
Son buenas noticias para el sindicalismo independiente y para los trabajadores españoles que nos animan a seguir en la misma línea.