Cosas que nos importan (III): los salarios

En un contexto de crisis como el actual es importante tener los pies sobre la tierra. FASGA, como sindicato profesional, está formado por trabajadores que comparten la rutina y los problemas de sus compañeros, las personas más indicadas para representar los intereses de los empleados.

En el otro platillo de la balanza están los sindicatos de clase, como CC.OO. y UGT. ¿Cómo pueden pretender ser una opción válida? Bajo su máscara ideológica no hay nada más que desatinos y manipulaciones. Mientras el resto de españoles se aferraban con uñas y dientes a sus puestos de trabajo, los sindicalistas de UGT veían crecer sus salarios. La subida salarial de los trabajadores de UGT fue mayor que el IPC, mayor que la subida en el sector privado, y, lo que es más sangrante, mayor que las subidas que ellos mismos pactaron para el sector público. Mientras, el paro seguía creciendo.

Ahora, cuando transcurren los momentos más duros de la crisis, los sindicatos de clase exigen que los salarios suban lo mismo que la inflación: un 2,3%.

Nadie debería confiar en unos sindicatos como estos, capaces de dejar que una negociación muera por culpa de unas exigencias que saben que son imposibles de cumplir.

FASGA firmó con la patronal del sector de Grandes Almacenes un compromiso de mantenimiento de empleo que incluía subidas salariales:

● Para 2009, una subida garantizada del 2%
● Para 2010 un incremento salarial de un mínimo de un 1%, que será mayor si las ventas del sector se recuperan.

CC.OO. y UGT han abandonado a su suerte a 4,5 millones de trabajadores, para los cuales no han conseguido firmar un convenio. Por no hablar de los casi 5 millones de parados que sufren su incapacidad para sacar adelante una reforma laboral urgente. Y se presentan como la mejor opción en el sector.

Que no se burlen de tus derechos.

Esta entrada fue publicada en Blog y etiquetada , , , , , . Guarda el enlace permanente.